Acostado en mi sensual sillon verde, con los dedos descarapelados e hinchados, el cabello despeinado, un bigote de leche y una piyama improvisada, les comunico a todos lectores, no es que sea de su incumbencia, pero, al fin, estoy en PAZ. Estoy tranquilo despues de mucho tiempo:
La soledad ya es soportable, los dulces borran sus rostros y voces, el cafe jamas me supo mas dulce, el color azul y yo hemos hecho la paz, el jilguerillo ya no teme al lobo, los espejos ya no gritan insultos, y morfeo se ha calmado.
TODO VA BIEN.