miércoles, 30 de enero de 2013

Odio mi clase de física II

El viento es amable y acaricia mi rostro, su sonido me arrulla al igual que los murmullos de mis alrededores, que al igual que yo, ignoran la calmada y grave voz de mi profesor de física. Protones, electrones, conservación de la carga, tanto sentido por su parte y tanta falta de atención de la mía, después de todo, tengo mejores cosas que hacer, como relatar mi aburrido día para entretenerme.

-¿Tenemos tarea?- me pregunta Ana torciendo el cuello para voltear, -Según yo, no, por otro lado, no creo que sea lo más prudente preguntarme, supongo deberías preguntarle a alguien que se preocupe por esas cosas- ella ríe asintiendo y regresa a aquello que estaba haciendo. Supongo que me debería de preocupar por la escuela, por otro lado, la mayoría de mis conjeturas nunca me llevan a nada bueno.

¡Ah! mis conjeturas, siempre con ese hábito maldito de refutar mis hipótesis.

Genaro, otro compañero, voltea y me pide ayuda con un problema de cálculo, tardo en poder resolverlo, luego regreso a escribir y notó que mi poca inspiración se cortó y me digo a mi mismo, ¡Carajo! vaya que la escuela tiene una facilidad para despojarme de lo poco artístico que queda en mi cerebro.