Maldita tu pútrida estirpe,
Nido de hetairas,
Que a los menos santos engaña
Con falsas ilusiones
Con falsas esperanzas
Maldito tu demonio y tu sombra,
Mentiras furtivas,
Que de precio exhuberan
Que de valor carecen,
Que en nada remuneran
Maldito el sentimiento fallido,
De un ser herido,
Que consuelo no encuentra,
Que no lo desea,
Y menos lo espera.