Vanidosos son, de viento volátil.
Cantos canónicos corren por los caminos
Conquistan la cuestión de quererte.
Dijeran mis dedos dichosos de duda
Dormidos en ti se desplazan, dulce dama.
Entrecortados enlazan el hecho de tu ente,
Enigma de ébano efusivo que al elogio elude.
Finas y fuertes son tus fabricadas falacias,
Gustosas de guiarme, cual golondrinas,
Intrincadas e intimas, inician mi ilusión
Jubial y jocosa de tu gesto joven.
Cálidas y contadas son tus cualidades
Limitante es mi léxico para luminarlas.