jueves, 14 de febrero de 2013

De mi para tu ausencia.


Al principio escribía para ti en cuadernos de corte italiano, con tantas palabras como tan poco sentido, dolor y miseria bien resumidos. Conforme crecí mis cuadernos conmigo, de italiano a profesional con un poco más de sentido. Acto seguido una regresión, el rayado y los cuadros se tornaron en cifrado, 5 líneas enunciado todos mis postulados, melodías imaginarias, bemoles y sostenidos.

Años pasaron en que no te acaricié con mis palabras, hasta que la Luna una vez más mis deseos de escribir vislumbrara. Deje atrás mis cuadernos, los resguarde al fuego, fue lo más prudente de acuerdo a las voces. Te abandone y contigo a todas las dedicatorias predestinadas en mis versos, mis escritos; me dispuse a escribir para cualquiera que a leer dispuesto estuviera, cabe decir que seguía sin tener a quién dedicar lo que hacia, hasta que un día llegaron mis musas: Una pantera, un jilguerillo, una aviadora, una princesa, una ballerina y hasta la nada. Excepto Pantera, todas mis palabras encontraron repulsivas y me abandonaron, quedé sólo a mi suerte, sin inspiración, en otras palabras, cual escritor encarando a la muerte.

Entonces, heme aquí, escribiéndole a tu ausencia, saboreando mi miseria... anhelando una nueva musa.

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