Había una vez, en una de esas muchas veces, una niña que era azul. Cuentan las bocas de ajenos y las leyendas diversas que en lugar de un nombre, un palíndromo se cargaba y que en lugar de palabras, como la mayoría de las protagonistas de cuentos, ella estaba hecha puros sentimientos.
La niña azul era una niña rara y contradictoria, no temía a las nimiedades que otras niñas usualmente temen, como bichos y arañas, sin embargo había otras cosas a las que temía, una de ellas era su cumpleaños.
De entre todas las Lunas que la niña había prescenciado las últimas 5840 la habían marcado de manera especial, la niña creía que al avanzar el tiempo y adicionar un año más a su vida, ella perdería esas 5840 Lunas que tanto tiempo la habían acompañado, que la habían cobijado.
El temido día llegó y aunque, no salió tan bien cómo hubiera sido deseado, la niña azul descubrió que nada había que temer al paso del tiempo, que con música, globos y pastel, uno podía ignorar fácilmente el susto de perder sus Lunas, que aunque la gente olvidará detalles pequeños, no todo era tan malo.
Y así fue como la niña azul se tornó de 17 y le escribieron un cuento no tan padre como se merece para su cumple.
FELIZ CUMPLEAÑOS ANAID.
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